La reducción de los desperdicios es importante porque tiene una incidencia simétrica en los beneficios antes de impuestos. En otras palabras: menos desperdicio = más beneficios.

Como seres humanos, tenemos más tendencia a explorar nuevos territorios que a gestionar de forma más eficiente lo que ya tenemos. Gestionar es una tarea tediosa y a menudo no reconocida, pero es un trabajo que debemos abordar con energía.

Definimos el despilfarro como todas aquellas tareas o gastos que no aportan valor al cliente final y sus necesidades.

Los conceptos principales se explican en el dibujo anterior.

Visto desde el punto de vista económico, para duplicar el beneficio habría que duplicar la capacidad del hospital y su negocio. Imagínese la inversión de un gran hospital para duplicar los beneficios. Pero si conseguimos reducir 1/3 de los desperdicios habremos conseguido otro 10% de beneficio, es decir, el doble. Ese es el verdadero significado de reducir los desperdicios.

Pero, ¿cómo podemos reducir los desperdicios?

Un sistema de gestión de la calidad ayudaría a trabajar en esto con continuidad. Tiene que contar con varias personas y estar bien estructurada, porque hay que MEDIR todos los procesos y sus resultados. En la industria estamos acostumbrados a medir casi todo. Este no es el caso del sector sanitario. Curar, eliminar el dolor y el sufrimiento es más importante.

Pero los directivos deben trabajar como malabaristas que mantienen varias pelotas en el aire. Cuidar la salud de los pacientes, organizar la logística de todo el hospital, atender las necesidades de los profesionales de todos los equipos, ya sean clínicos o administrativos, y mantener la salud financiera de la institución. Todos los balones son importantes, pero sin la eficiencia económica es difícil satisfacer las demás exigencias.

Dentro de las tecnologías, Lean destaca por buscar procesos más ajustados y analizar el verdadero valor de cada tarea. Muchas de las metodologías de Toyota, aplicadas durante años en la industria, se valoran ahora para mejorar los procesos hospitalarios.

Disponer de información completa para poder comparar y medir, facturar y recibir los ingresos por este servicio es probablemente el primer paso, para saber el tamaño del monstruo que tenemos que dominar.

Aunque se establezca una estructura de calidad para la seguridad de los pacientes y el desperdicio, la cuestión nunca termina ahí. Como casi todos los objetivos, hay que participar, sensibilizar y crear una cultura de grupo con conocimientos y herramientas para lograr los objetivos.

Si el transporte de los productos es un coste, quedarse con el 15% o el 20% de las devoluciones de los medicamentos dispensados por la Farmacia Central, es como mínimo un despilfarro. Las quejas de los profesionales por no tener a su disposición todos los elementos preparados y necesarios, y además tener que desplazarse con frecuencia al lugar del suministro, es una queja habitual en muchos países.

Los productos que se utilizan y se asignan a los gastos generales no ayudan a gestionar con eficacia, porque no sabemos qué proceso da beneficios y cuál da pérdidas.

Hay que controlar y reducir las pérdidas de producto debidas a las desviaciones de inventario, que en muchos casos alcanzan el 18%. El control electrónico automático ayuda a controlar eficazmente, pero la información que debe incorporarse al sistema, ya sea en papel o electrónicamente, dificulta la actividad diaria y contiene más errores e información incompleta.

El fraccionamiento inadecuado de los productos y los medicamentos son motivos de gastos que no añaden valor al cliente final y son un despilfarro. Los costosos productos de limpieza pueden fraccionarse dentro del hospital antes de ser dispensados, al igual que los medicamentos.

Cuando tenemos a dos personas realizando una misma tarea es muy probable que estemos ante un despilfarro, quizás por falta de formación adecuada.

 

Resumen

Incluso sin llegar a ninguna resolución, si mide el despilfarro, ya habrá hecho un gran avance, porque provocará un cambio de actitud en la alta dirección para destinar recursos a este fin. Las organizaciones más rentables son las que más invierten en calidad.

Victor Basso
Director de Opuspac University (universidad corporativa)