Al torbellino de cambios debidos a las nuevas tecnologías, ahora se suma una nueva percepción de la realidad.

Un cambio dentro de otro nos obliga a reconceptualizar y simplificar la realidad.

Estamos parados en un puente, dejando el pasado y dirigiéndonos hacia un futuro muy diferente. La fuerza gravitacional de los cambios se consolida con mayor transparencia, producto de seis mil millones de personas con un teléfono inteligente y acceso a mucha información sin filtrar.

Ahora, sabemos que existen cisnes negros (eventos inesperados e inusuales). Con suerte, esto nos ayudará a enfrentar el desafío no menor del “calentamiento global”. Este es el lado positivo de la pandemia de COVID.

Saliendo de la pandemia en 2022 o 23, tendremos que centrarnos en:

 

NUEVA PERCEPCIÓN DE LA REALIDAD

Este período de cuarentena y mayor introspección nos induce a una existencia más reflexiva. Ante la inevitabilidad de la muerte, reaparece el sentido de la vida. Querer salir de la ciudad y tener un trabajo remoto no es todo el cambio que veremos. Todavía no sabemos qué querrá la gente. Tendremos que observar, medir y formar nuevos criterios. No se creará nada menos que una nueva ética.

Por otro lado, aparecerán nuevas necesidades y con ello, nuevas oportunidades y modelos de negocio necesarios para mantener la racionalidad económica de nuestras organizaciones. Podremos analizar nuevos servicios diferenciales en los hospitales, que pueden ofrecerse con un “up selling” a los servicios actuales, cubiertos por un seguro de salud público o privado. Reducir el desperdicio y aumentar la automatización de las operaciones también nos ayudará en nuestra economía.

Las secuelas. No es nada nuevo que tenemos y tendremos un tsunami de trastornos psicológicos, ansiedad, depresión, angustia por pérdidas, etc. Como salud es un término que se refiere a un estado de bienestar y no solo a la falta de enfermedad, tendríamos que ampliar y mejorar los servicios. La comunicación es un tema muy importante. Por otro lado, no es de extrañar que antes de la pandemia ya existieran en Europa hospitales junto con gimnasios y centros de asesoramiento sanitario.

 

RECURSOS HUMANOS

Cuando esto pase, muchas personas reevaluarán sus vidas y el carácter de su trabajo. Habrá más quejas y deben interpretarse como tendencias y no como actitudes individuales. Consideramos que el hospital tiene que ser una actividad más de capital intensivo. Menos personas, pero más capacitadas, para realizar operaciones complejas, con equipos e informática ya era una tendencia que ahora se ha acelerado. Esto nos ayudará a retener al personal más valioso. Trabajar estos temas desde el ángulo de una nueva Cultura Corporativa, será la clave para acompañar esta etapa.

 

RESPONSABILIDAD SOCIAL Y ECOLOGÍA

Estas cuestiones se añadirán a las responsabilidades habituales, con un peso importante en la Ecología. La incidencia en la generación de CO2 del sector sanitario es del 4,5% de todas las emisiones mundiales. La incidencia de los coches para el transporte de personas es del 9%. Si tenemos en cuenta el gran cambio iniciado por el sector del transporte, tenemos que aceptar que, aunque tardará mucho tiempo, también se producirá un gran cambio en el sector hospitalario.

 

Dice Peter Drucker:

“La cultura se come la estrategia en el café de mañana”

En otras palabras, los cambios a realizar y sus estrategias, deben estar firmemente cimentados desde una cultura post-pandémica o no avanzarán.  Iniciar un diálogo interno en nuestras instituciones para crear esta Cultura, partiendo de cero, con nuevos conceptos es la tarea de hoy. Seguimos viviendo en tiempos exponenciales, ahora acelerados.

Victor Basso
Director de Opuspac Ltda.
Opuspac University