Implantar un cambio es un gran esfuerzo, ya se trate en lo personal, como dentro de un grupo o institución.

Así como, en lo personal, la fuerza del hábito nos domina, lo mismo sucede con los grupos humanos. Las mejoras que debemos realizar dentro de un hospital, sin duda, son cambios. A veces son pequeños cambios de aprendizaje de técnicas y otras son grandes cambios de cultura.

Muchos de los cambios fallan en la hora de realizarlos, pues se desconoce la dificultad que realmente existe para cambiar.

La estrategia para un cambio nos lleva a estudiarlo, como una verdadera batalla (en sentido figurado).

  • Habrá ganadores y perdedores.
  • Habrá amigos y enemigos (o simplemente personas que se oponen).
  • Es mejora preparar las tropas, o sea juntar a todos los que nos pueden ayudar e instruirlos y motivarlos hacia el apoyo al cambio.
  • Habrá una evolución, o sea, un proceso. Todo no sucederá en un instante, sino en una secuencia que debe ser estudiada y conducida.
  • El cambio traerá un nueva realidad y nuevos problemas que deberán anticiparse.
  • Si no se consigue alcanzar el cambio deseado, debe anticiparse como quedará la situación y si habrá una nueva situación estable.
  • ¿Será posible y conveniente dividir el cambio en varias etapas?

Llevar adelante un cambio, requiere poseer un nivel de liderazgo. La persona debe destacarse por su posición, su historial, virtudes o conocimientos. Hacia lo interior, el líder debe tener una gran disciplina personal y dominio emotivo personal.

Normalmente clasificamos los cambios en: grandes, medianos y pequeños.

  • Los grandes serán resistidos y probablemente impedidos, pues afectarán gravemente a algunos.
  • Los pequeños serán deshechos para atrás cuando la onda de cambio pase. Y no habrá cambio.
  • La realización de varios cambios medianos es un gran cambio y es el camino más probable para evolucionar superando las resistencias.

Citación Darwin

Debemos enfatizar la necesidad de preparar a las personas para los cambios. Los miedos y en especial el miedo a lo desconocido crean una gran fuerza de oposición al cambio. Es más fácil cambiar cuando se conocen acabadamente las consecuencias y se solicita la ayuda para seguir adelante.

El ambiente hospitalario, por ser un conjunto humano de muchas personas y diferentes niveles con un gradiente de autoridad y gran tendencia a ejercer posiciones de poder, es especialmente sensible a todos los cambios.

El cambio primero debe ocurrir en la cabeza de las personas y luego en la realidad. Por eso, transmitir una visión de la realidad post-cambio y vender esa idea, adecuadamente, es el camino para un cambio exitoso.

Muchas veces es necesario argumentar que el cambio ocurrirá de todas maneras, ya sea ahora o más adelante y que la resistencia será superada por otro, con un desenlace mejor o peor que la actual. Las personas deben prever también el no-cambio. O sea, como una situación puede degradarse por falta de conducción hacia un cambio positivo, llevando hacia una situación de deterioro. Aunque muchas veces nos oponemos a un cambio para mantener el “status quo” o situación actual, en realidad siempre existe un cambio y en ese caso, por falta de una fuerza conductora, será hacia lo peor.

Existen los cambios de arriba para abajo en la escala jerárquica y los de abajo para arriba. Los dos pueden fallar, por falta de apoyo. Es necesario reconocer cual posición usted tiene y complementar con lo que le falta, o sea, los dos apoyos son necesarios y hay que desarrollarlos.

Después del cambio es necesario no confiarse que ya está todo logrado. Los cambios retroceden tanto como avanzan. Es necesario hacer un seguimiento y corregir o mejorar, atando todos los cabos sueltos;

Resumiendo, podemos sintetizar así:

  • Estudiar y prepararse para el cambio.
  • Asumir un liderazgo efectivo, con los apoyos necesarios.
  • Trasmitir una visión.
  • Elegir varios cambios medianos a realizar.
  • Hacer un seguimiento y mejoramiento post-cambio.

El cambio, la muerte y los impuestos, son las únicas cosas seguras de la vida.