Seguimos repitiendo los mismos caminos, soluciones y estrategias de antes.

No es que tengamos que tirar a la basura las experiencias anteriores, sino que tenemos que ejercitar nuestro espíritu crítico, saber el por qué de la solución actual, comprobar si sigue siendo válida, cuestionar y comparar con otras nuevas, antes de validar su continuación.

En casi todos los negocios tenemos que adoptar una nueva mentalidad y ser lo suficientemente creativos como para cuestionar todo lo que nos rodea.

La sanidad necesita una renovación, pero luego ponemos en puestos de responsabilidad a gente que tiene “muchos años en la casa” y para asignarlos buscamos gente con experiencia en: “cómo hacemos las cosas aquí” y luego nos quejamos porque no tenemos la innovación y el cambio que necesitamos. A estas alturas de la historia, la experiencia está sobrevalorada (experience is overrated).

MIEDO PROFUNDO

No te culpes, todo el mundo hace lo mismo. Gran parte de la causa raíz radica en nuestro miedo interior, o miedo profundo, que no percibimos ni analizamos. Tenemos un trabajo ganado con esfuerzo que tenemos que preservar, tenemos familia, prestigio que cuidar y nos hemos puesto extremadamente a la defensiva. Tenemos miedo a equivocarnos y nos olvidamos de mejorar. Y, por supuesto, mejorar sustancialmente es un desafío, un riesgo que quizás no queramos correr.

Pero en tiempos exponenciales, tenemos que ser audaces. Ya lo hemos dicho: “mejorar sólo un 10% no es suficiente”.

No nos referimos a las nuevas tecnologías: IoT, IA, 5G, Blockchain, etc., que nos obligarán a hacer grandes cambios. Bueno, debajo de esta capa de “nuevas tecnologías” todavía tenemos que hacer muchas cosas bien para tener una gestión adaptada a los tiempos, moderna y económica, midiendo todo, sabiendo evaluar la incidencia de cada factor, proceso o coste. Veamos un ejemplo:

  • Un asistente se jubiló después de hacer el mismo trabajo durante muchos años: empacar un dispositivo médico para usar en el hospital. Cuando estudiaron la carga de trabajo para asignar un nuevo asistente, encontraron que el rendimiento era solo del 30% de su tiempo de trabajo durante 25 años.

ESPÍRITU CRÍTICO

Tenemos que medir, criticar y validar todos los procedimientos y cuestionar su utilidad.

Se debe fomentar el espíritu crítico e innovador de las soluciones, sabiendo que la experiencia, si bien nos protege de ciertos problemas, tiene implícita una falta de valor, que es la continuidad en los procedimientos.

Muchos ejemplos indican que las soluciones eran buenas en el momento en que se implementaron y que ahora, después de un tiempo, las condiciones del contexto han cambiado y tenemos que al menos ajustar las soluciones, estrategias, etc., o cambiarlas por completo, como el siguiente gráfico explica.

Evolución entrópica de nuestros procedimientos

Evolución entrópica de nuestros procedimientos

Para crear una cultura con más innovación, tenemos que crear grupos de deliberación mixtos, con gente experimentada y gente con sangre nueva, grupos empoderados y con autorización para arriesgar en las propuestas, muy enfocados a ofrecer una solución innovadora, reciclada, o revisada y validada.

“El héroe del día es el que aporta una nueva solución”

La cultura dentro de estos grupos debe ser horizontal. El héroe del día es el que aporta una nueva solución, no el jefe. La figura de este último sigue siendo necesaria en la cadena de mando. Sólo necesitamos que se embarque en el proceso de renovación de procedimientos e innovación.

No dudamos que la prudencia es la mayor de las virtudes, por lo que el buen directivo debe mantener un equilibrio entre la seguridad y la innovación de procesos.

Victor Basso
Director de Opuspac University (universidad corporativa)