Implementar un cambio personal o dentro de un grupo o institución requiere de un gran esfuerzo. Al igual que en lo personal, la fuerza de la costumbre nos domina y lo mismo ocurre con los grupos humanos.
¿Y en el ámbito hospitalario?
Las mejoras que debemos hacer son, sin duda, cambios. A veces son pequeños cambios de aprendizaje técnico y otras veces son grandes cambios culturales.
Muchos cambios fracasan a la hora de realizarlos, porque desconocemos las dificultades que realmente existen para cambiar.
La estrategia de cambio nos obliga a estudiarla como un acontecimiento mayor.
- Tendremos ganadores y perdedores.
- Habrá amigos y enemigos (o simplemente personas que se oponen entre sí).
- Es mejor preparar aliados, unir a todos los que puedan ayudarnos e instruirlos y motivarlos para que apoyen el cambio.
- Habrá una evolución, un proceso. No todo sucederá en un instante, sino en una secuencia que debe ser estudiada y conducida.
- El cambio traerá una nueva realidad y nuevos problemas.
- Si no somos capaces de lograr el cambio deseado, debemos anticipar cómo será la situación y si habrá una nueva situación estable.
- ¿Será posible y conveniente dividir el cambio en varias etapas?
Llevar a cabo el cambio requiere posicionarse a nivel de liderazgo. El líder debe destacar por su cargo, su historia, virtudes o conocimientos, debe tener una gran disciplina personal y control emocional.
Normalmente clasificamos los cambios en: grandes, medianos y pequeños.
- Los grandes encontrarán cierta resistencia y probablemente serán detenidos, ya que afectarán gravemente a algunas personas.
- Los pequeños se disolverán, quedarán atrás cuando pase la ola de transformación y no habrá cambio.
- Hacer varios cambios medios es un gran cambio y es la forma más probable de evolucionar superando la resistencia.
Debemos enfatizar la necesidad de preparar a las personas para el cambio.
Los miedos, y especialmente el miedo a lo desconocido, crean una gran fuerza de oposición al cambio. Es más fácil cambiar cuando conoces plenamente las consecuencias y pides ayuda para seguir adelante.
El entorno hospitalario, al ser un grupo humano de diferentes personas y niveles con un gradiente de autoridad y una gran tendencia a ejercer posiciones de poder, es especialmente sensible a todos los cambios.
El primer cambio se produce en la cabeza de las personas y luego en la realidad. Por tanto, transmitir una visión de la realidad post-cambio y vender adecuadamente esta idea es el camino hacia un cambio perfecto.
A menudo es necesario argumentar que el cambio es necesario y que ocurrirá, ahora o más tarde, y que la resistencia será superada, con un resultado mejor o peor que el actual.
La gente también debe prever el no cambio. Tenga en cuenta que una situación puede deteriorarse debido a la falta de orientación hacia un cambio positivo, lo que lleva a un deterioro de la situación. Aunque muchas veces nos oponemos a un cambio para mantener el “status quo” o la situación actual, en realidad siempre hay un cambio y en este caso, por falta de una fuerza rectora, será peor.
Hay cambios de arriba hacia abajo en la escala jerárquica y de abajo hacia arriba. Ambos pueden fracasar por falta de apoyo. Es necesario reconocer qué posición tienes y complementar lo que te falta y atraer a tus seguidores.
Después del cambio, hay que no confiar en que ya todo está ok. Porque, tanto se retrocede como se avanza, necesitamos hacer correcciones en el proceso de cambio, mejorar y atar todos los cabos sueltos;
Conclusión:
- Estudie y prepárese para el cambio;
- Asumir un liderazgo eficaz, con el apoyo necesario;
- Transmitir una visión;
- Elija varios cambios de tamaño mediano para realizar;
- Mejoras posteriores al cambio.
Si quieres hacer un cambio en el valor, haz cambios medianos que juntos resultarán en un gran cambio.
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