Es infalible invertir en gestión de calidad en los hospitales.
Este dilema me acompañó durante mucho tiempo, hasta que encontré la respuesta correcta. Hay inversiones en calidad que tienen retorno y otras que no tienen retorno, como ocurre con cualquier inversión en gestión.
En general, tenemos que considerar la siguiente curva explicativa:

Tenemos una curva que expresa la evolución sin calidad, que es un coste que disminuye cuando se aumenta el nivel de calidad (curva verde).
Tenemos otra curva que expresa la evolución de un mayor gasto de dinero para desarrollar un aumento de calidad y tenemos el coste total que es la suma de los dos conceptos.
¿Cómo son las curvas asintóticas ( que es una línea en la que la distancia entre un punto P en la curva y la línea tiende a cero, a medida que la distancia desde el punto “P” al origen aumenta indefinidamente) y la gran mayoría de los hospitales están a la izquierda de la línea de puntos, o punto de equilibrio, tenemos la ventaja de que el costo de la falta de calidad cae más drásticamente que el costo de producir calidad. Lo que da una diferencia a favor de la economía de mejora de la calidad.
Sólo cuando superamos el nivel de equilibrio el costo de producir calidad tiene un diferencial negativo y el costo total aumenta. Pero estos hospitales son organizaciones de excelencia que hacen de la calidad un propósito comercial y pueden ganar más por ello.
¡Así que sí! Con acciones de calidad adecuadas, la gran mayoría de los hospitales pueden aumentar sus beneficios invirtiendo en calidad.
No es casualidad que las instituciones más rentables de EE.UU. hagan de la calidad un objetivo principal en su vida diaria.
“Calidad que aporta eficiencia” (Victor Basso)